Las Bravo. Crítica final de la telenovela.

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¿Cómo estuvo Las Bravo?

Sin poder mantener la bravura a lo largo de sus 130 capítulos este viernes llegó a su final la telenovela Las Bravo.

Esta historia transmitida en punto de las 8 de la noche se mantuvo como la única original de TV Azteca en su barra de telenovelas. Se trató de una versión mexicana de la chilena Las Vega’s producida en el 2013. En Chile fue pensada para un horario adecuado para temas fuertes pero en México fue bajada de tono para exhibirla en un horario familiar.

Las Bravo es la historia de Valentina y sus tres hijas quienes al quedar desamparadas por la muerte del padre de la familia montan un club de strippers para mantenerse ya que el difunto sólo les dejó deudas. En esta osada aventura de negocios encuentran conflictos y peligros pero sobre todo el amor.
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En el capítulo final el criminal Enrique (Saúl Lisazo) es capturado y cada una de las Bravo triunfa en el trabajo y en el amor.

En la primera media hora ya se habían resuelto casi todos los conflictos: Carmen (Carolina Miranda) tiene éxito como arquitecta; Adriana (Paulette Hernández) por fin acepta hacer su vida con Gerardo (Héctor Arredondo); Roberta (Carla Carrillo) se une a Fernando (Lambda García) quien abre una compañía de sistemas con Gerardo; Samuel (Pedro Sicard) es nombrado administrador del club; José Primitivo (Roberto Mares) se reconcilia con su madre y Adonis (Juan Vidal) se siente realizado como estrella de un reality.

En la romántica escena final Valentina y Leonardo/Salvador (Mauricio Islas) se entregan tiernamente y hacen el amor delicadamente.
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Las Bravo fue la primera telenovela dentro de la nueva estrategia de TV Azteca de grabar completamente todos los capítulos antes de salir al aire. Más allá de lo bueno o malo de este esquema, el resultado fue extraño por el triste deceso de Héctor Arredondo en noviembre pasado. Su pérdida fue real pero lo continuamos viendo muy jovial en pantalla hasta el final.
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Tras el melodrama exagerado de Siempre Tuya Acapulco qué mejor que una historia de strippers para mantener cautivo a los televidentes. Original de Jonathan Cuchacovich y Nicolás Wellman y adaptada por Paz Aguirre, la premisa de Las Bravo sonaba atractiva y cachonda, sin embargo su realización resultó tibia.

Las Bravo se escudó en la escenografía de un club de strippers para presentarnos la historia de los problemas típicos de parejas. El Bravo’s Club en lugar de encender pasiones resultó ser un disfraz que pretendió ser atrevido. Si comparamos las coreografías en tubo con las de Silvia Navarro en Mi Corazón es Tuyo, los chicos del Bravo’s Club se quedan cortísimos.




Valentina, la madre de las Bravo, pecó de tonta casi toda la novela. Leonardo/Salvador no dejó nunca su look pandroso. Las locaciones escasearon y la escenografía lució excesivamente modesta.

Entre los puntos positivos de esta producción de María del Carmen Marcos están la dirección de José Acosta y Enrique Pineda y las actuaciones de todo el elenco. A pesar de que la trama se alargó en asuntos poco profundos, los diálogos de Paz Aguirre mantuvieron la coherencia en todo momento.





En el aspecto de las actuaciones como era de esperarse Edith González, Mauricio Islas y Saúl Lisazo desempeñaron acertadamente sus papeles. Paulette Hernández, Carla Carrillo y Carolina Miranda cumplieron de una manera sumamente equilibrada y tienen un futuro prometedor. Muy motivante resultó disfrutar la alegría que Héctor Arredondo transmitía aun cuando ya sabía que estaba enfermo. Fidel Garriga fue otro actor que se adelantó en el camino y no logró ver el fruto de su trabajo en pantalla. En el cuadro masculino sobresalieron Juan Vidal como el narcisista Adonis y Pedro Sicard como el bailarín maduro.

Al final los strippers terminaron vestidos y a nosotros simplemente nos queda decir “¡Bravo!” por este loable esfuerzo.

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