Las Bravo, extrañamente digna. (Crítica final)

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Extrañamente digna

Introducción

El viernes pasado acabó una de las telenovelas más somníferas y acartonadas que he visto en mi vida: Las Bravo. Esta historia fue protagonizada por Edith González, Mauricio Islas y Saúl Lisazo y además contó con las actuaciones estelares de Carolina Miranda, Carla Carrillo y Paulette Hernández.
Desconozco qué le sucedió a TV Azteca el año pasado, pero no hicieron productos de 10 como otros que han realizado con anterioridad. Los aplausos fueron para las telenovelas de Brasil porque Las Bravo realmente fue una tomada de pelo.

Final

El malvado cacle-cacle de Enrique (Saúl Lisazo) tiene de rehén a Valentina (Edith González), y en una persecución, él termina herido por Salvador/Leonardo (Mauricio Islas) quien pretende hacer justicia a Lucía (Andrea Martí), su esposa muerta. Tras ser hundido por Leonardo y encontrado culpable de todos los cargos, es condenado a pasar muchos años en prisión y al final debe limpiar un excusado en la cárcel creo que con la lengua, en silla de ruedas.
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Finalmente las Bravo estuvieron a punto de cerrar su club de strippers pero al último minuto ellas mismas se negaron a hacerlo aduciendo que era una parte muy importante de sus vidas.

Valentina y Salvador por fin pueden estar juntos contando con la aprobación de Carmen (Carolina Miranda) quien siempre estuvo enamorada de él. En otra trama, Roberta (Carla Carrillo) y Fernando (Lambda García) están próximos a casarse.

Las Bravo perdonan a José (Eugenio Montessoro), el padre de la familia; hay show de strippers para celebrar el aniversario del club; Adriana (Paulette Hernández) se queda feliz con Gerry (Héctor Arredondo); hay reconciliación familiar entre Samuel (Pedro Sicard), Sara (Fabiana Perzabal) y la hija de ambos, Lily (Tamara Fascovich), aparte de Patricio (Mauricio Aspe) quien se involucra como el padre no sanguíneo de ésta; los personajes cómicos de la novela: Adonis (Juan Vidal), José Primitivo (Roberto Mares) y Miguelina (Ángeles Marín) terminan siendo gente responsable.

Para cerrar la historia, las dos últimas escenas de amor corresponden a las parejas de Adriana y Gerry (quizá por homenaje a Héctor Arredondo) y al encuentro sexual entre Valentina y Salvador.

Como extra, solamente se presentó la escena de la depilación de René (Ángel Vigón) ante los cuatro strippers para convertirse oficialmente en uno de ellos.
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Un final tan extraño como decente

Me sorprende que para el éxito que estuvo manteniendo Las Bravo en sus semanas finales, los ejecutivos de TV Azteca no aprovecharan para darle final en fin de semana como con sus anteriores telenovelas: Siempre Tuya Acapulco y Avenida Brasil. Sin contar que se está vendiendo bien tal vez haya sido por temor a ser comparados con Yo No Creo en los Hombres que acaba por estos tiempos.

El final, pues no puedo catalogarlo como horrible, espantoso o tétrico porque no fue nada de eso. Terminó decente, cerró bien las tramas, hubo congruencia con la historia y no hay más que decir. Le dieron un fin digno, eso sin contar la presencia de Héctor Arredondo todavía en vida.

No era necesario verla todo el tiempo

A veces me pregunto ¿para qué existió Las Bravo? Historias como estas, con la calidad que tuvo las podemos ver a cada rato en cualquier canal. Quizá desearon sorprender con el tema de los strippers pero en mi opinión no fue más que morbo para captar audiencia fácil.

Si le quitan a la historia los bailes de tubo, la sensualidad de los estelares y la turba de mujeres gritando en un club nocturno, no quedaba absolutamente nada interesante que contar.

La trama se desenvolvió a la velocidad de una tortuga y eso que ya estaba hasta grabada. Esto nos quiere decir que María del Carmen Marcos no se va a poder superar si continua con gente literaria tan opaca como Paz Aguirre y Gabriel Santos.

La producción lució terriblemente acartonada, la fotografía resultó tan común y la banda sonora sonó tan repetitiva que solo cansó. ¿Acaso era esto lo que realmente esperábamos?

Ni hablar de que medio elenco estuvo mal. El galán de bostezo que hizo Mauricio Islas, más separado de la protagonista Edith González no pudo estar y peor aún la flojera de villano que hizo Saúl Lisazo.

Lo Bueno

Algunos dirán que “Valentina Bravo” fue el peor personaje de Edith González en TV Azteca, pero yo no lo acepto mas sí comprendo que fue el de menos intensidad. Si no hubiera sido por la actuación y fuerza que esta señora le pone a sus escenas, se nos hubiera caído la historia aún más.

La actuación de Carolina Miranda, Paulette Hernández y Carla Carrillo en toda la telenovela fue sumamente acertada.

Juan Vidal y Héctor Arredondo se lucieron en sus personajes. El primero como un vanidoso y aprovechado stripper profesional y el segundo como un galán de comedia romántica.

Solo que quien se llevó las palmas fue la revelación de la telenovela: Roberto Mares, un joven actor que realmente logró trascender y ganarse el corazón de la audiencia con su “José Primitivo”. En mi opinión un personaje que con su simpatía llegaba a opacar a medio elenco en muchos capítulos.

De que hubo talento, si lo hubo, lástima que estuvo mal aprovechado con un mal guion y una mala producción.




Pérdidas de la Telenovela

Más allá de la conclusión, en esta telenovela se nos fueron dos grandes talentos como Fidel Garriga y Héctor Arredondo. Este último tan joven y muy talentoso, solo me queda decir que descansen en paz.
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1 Comentario

  1. Critter dice:

    Entonces acabo bien y de la manera correcta, claro no dio de que hablar pero con eso basta, aunque en sí todo eso se debe a la falta de entusiasmo y de confianza, hay que saber arriesgar antes de todo. La verdad esta telenovela se vio por los encuerados, nada más por eso y creo que por el thriller de Leonardo con José Bravo.

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