Avenida Brasil. Trampa para Max ¿Qué sentiste? ¿Satisfacción, lástima o compasión?

Avenida Brasil. Trampa para Max ¿Qué sentiste? ¿Satisfacción, lástima o compasión?
¡Qué habilidad de los escritores para jugar con nuestros sentimientos! Todo el tiempo hemos odiado a Max por haber sido el cómplice de Carmina en sus sucios planes, pero cuando lo vimos como víctima tuvimos sentimientos encontrados.
Cuando Carmina se dirigía al yate para matarlo, recordó con tristeza el momento cuando se conocieron de niños en el tiradero. Con esos recuerdos de niños inocentes en un lugar hostil no pudimos evitar sentir ternura y lástima al ver que la misma historia de Nina y Jorgito había sido la de ellos. Partiendo de un origen común, la pareja de Carmina y Max tomó la decisión de irse por el rumbo de la mala vida aprovechándose de cualquiera que se cruzara en su camino.
En el trayecto rumbo a la marina, Carmina nos estremeció al llorar porque tenía que terminar con la vida del niño que la protegió en el tiradero, del adolescente con el que realizó sus primeras fechorías, del único hombre que estuvo junto a ella en las buenas y en las malas.
Carmina fingió estar de acuerdo con el plan de escape de Max pero ella realmente tenía otras intenciones y le puso un somnífero en la bebida. Cuando nosotros como espectadores estábamos seguros de que Max llegaría rápido a su fin, él se portó cariñoso y romántico y brindó por su nueva vida.
Fue desgarrador saber que después de un pasado tan oscuro, a Max le esperaba la muerte en unos minutos mientras hablaba de su esperanza de vivir en el paraíso. Mostró su lado bueno y amoroso hablando de su sueño de ir a altamar y hacer el amor bajo las estrellas. Carmina lo escuchaba decirle que ese era el día más feliz de su vida desde que eran niños y se habían encontrado en el tiradero.
Como una persona sencilla, después de haber hecho tanto mal, le ofreció a su compañera de vida hacerla feliz para siempre porque ellos estaban “conectados”. Poco a poco el somnífero fue haciendo efecto y su vida casi se apagaba mientras le proponía a Carmina irse a vivir al Caribe y pensaba en adoptar una niña y un niño y enseñarles a jugar futbol y manejar el yate. Quería tener la oportunidad de hacer lo que no pudo con sus verdaderos hijos Jorgito y Ágata, quería recomenzar su vida y tener una familia de verdad.
Carmina lo dejó inconsciente en el yate y se fue en una lancha con Lucio. Max tuvo la suerte de que Lucinda estaba oculta en la embarcación y cuando se empezaba a hundir lo lanzó al mar con un chaleco salvavidas. La madre salvó a su hijo y éste se lo agradeció cuando recobró el conocimiento.
Al día siguiente, Max se recuperó del todo y volvió a ser el mismo de siempre, grosero y malandro. ¡De nuevo lo empezamos a odiar!