Simplemente María, la primera impresión

Nada nuevo bajo el sol
Simplemente María dio inicio sin aportar nada nuevo a los fanáticos de las telenovelas. Otra vez una historia de una mujer humilde del campo que se enamora de un muchacho rico de la ciudad. El mismo argumento contado otra vez de la misma manera de siempre, pero ahora con otros actores que iremos evaluando conforme avance la historia.
En el primer capítulo conocimos el mundo de María (Claudia Álvarez) en el pueblo de San Pedro Zimatlán en 1995. Ella ocupa el vacío que dejó su madre al morir y se hace cargo de cuidar a sus hermanitos y apoyar a su padre.
Isauro (Josué Arévalo), el hijo de uno de los ricos del pueblo, hace una apuesta con el padre de María en una pelea de gallos y le gana. El muchacho lujurioso quiere cobrarse con María. Ella escucha la conversación y decide irse a la capital para ahorrar dinero y pagar la deuda de su padre.
En la Ciudad de México conocimos a la familia del junior Alejandro Rivapalacio (José Ron). Él es un desobligado estudiante de medicina y su hermana Vanessa (Arleth Terán) tiene una insana fijación por él. Sus padres son Adolfo (Humberto Elizondo), quien se preocupa por encarrilar a su hijo, y Georgina (Mónica Sánchez Navarro), una mujer que trata de recuperarse del cáncer que padeció.
Como chica de sociedad, Vanessa pasa sus días en el club y ahí platica con Estela (Claudia Troyo) y Karina (Carmen Becerra). Estela anda con Marco (Francisco Rubio), un amigo de Alejandro y Karina tiene intenciones de conquistar al futuro médico Rivapalacio.
En otra parte de la ciudad vive el maestro Cristóbal (Ferdinando Valencia) con su madre Felicitas (Ana Martin) y sus hermanitos. Cristóbal tiene la verdadera vocación de enseñar y ama a su familia.
El capítulo 1 termina en el momento en que María se sube a un camión de redilas que la llevará a la ciudad. Ahí vivirá sus sueños ¿o sus pesadillas?
No hubo créditos en el capítulo de entrada de esta producción de Ignacio Sada.
A pesar que se supone que debe ser el capítulo que nos debe enganchar con la historia y que debería ser técnicamente perfecto, la ejecución dejó mucho que desear pues vimos errores de edición y de dirección.
En la escena de la procesión religiosa Isauro se le acerca a María y un segundo después ya no estaba con ella. También en el momento en que Isauro le dice al padre de María que se la entregue, ella escucha todo ¡pero a una distancia de 10 metros!
De por sí es fácil tenerle prejuicios a este tipo de telenovelas en el año 2015 y esos errores la hunden más.
En cuestión de guion, fue el capítulo de presentación de los tres mundos, el de María, Alejandro y Cristóbal.
Los momentos clave de María cuando oye que Isauro la quiere como premio o cuando se marcha sola a la ciudad carecieron de fuerza dramática, no sentimos nada por ella. ¿Alguien sí?
La protagonista sigue lo marcado por el libreto pero cada vez que abre la boca sentimos que va a hablar como española. Así de fuerte quedó marcado su personaje de Alexa en Hasta el Fin del Mundo.
La historia inicia 20 años atrás y fue muy extraño ver a Arleth Terán, Claudia Troyo y Carmen Becerra como pubertas jugando tenis en el club.
Continuaremos viendo esta telenovela que al parecer será la última de las 4 por algún tiempo. Lo que esperamos es más drama y menos blof.
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Como siempre, atinados sus comentarios Felicidades!!