Corazón Que Miente, lo mejorcito del primer trimestre de 2016

Un refrito no tan peor
Ya se fue Corazón que Miente. Formó parte del nuevo paquete de telenovelas cortas de Televisa. Se dice que solo se harán de 80 capítulos pues el horno no está para bollos. Fue una propuesta de Mapat y todo su equipo de La Sombra del Pasado.
El final fue larguísimo. Hubo cambio de planes, pues fue más importante un partido de futbol y mandaron el final de la telenovela al sábado cuando lo anunciaban para el domingo.
Pura paja literaria. Qué barbaros. En hora y media se resuelve todo pues ya no hay nada que contar. Como de seguro nadie estaba viendo el final, ¿o sí?, le quitaron los comerciales para la última media hora.
Una historia muy vieja, muy manoseada de aquella Estafa de Amor de Caridad Bravo Adams.
Vienen los antecedentes de niños que juegan juntos, se enamoran y son de familias enemigas. Al crecer lucharán por su amor, pero hay un tercero en discordia, un pintor que se hace cargo de la niña protagonista, se enamora de ella y resulta ser el padre del galán de la muchacha. Entonces viene el sacrificio.
No alcanzó a cocerse. Quedó cruda. Utilizaron todos los viejos elementos del melodrama y los efectismos clásicos: cachetadas al por mayor en cada capítulo.
Se arriesgaron y hablaron del tema gay a través de dos personajes. Las familias se oponían y el padre de uno de ellos se emborrachaba, pues la aberración era muy grande. No es nada nuevo para como está de acelerada la ficción en otras productoras. Aquí se atrevieron e hicieron “inserts” con cámara a las manos de los susodichos y eso ya es mucho.
Pasó la prueba Thelma Madrigal. Su trabajo muy moderado. El protagonista llamado Pablo Lyle que se meta al teatro porque si no va a terminar como Alfredo Adame. No es actor ese muchacho y hasta lo premiaron hace poco. ¡Qué ingratos!
Bien Alejandro Tommasi como villano reventón. Lourdes Reyes se fue de Televisa a Argos y regresó instalada en estupenda actriz. Es una buena actriz Helena Rojo, pero es repetitiva, no está fresca y pasa de una telenovela a otra. Bien Alejandro Ávila como Rogelio, ya le deben soltar el villano principal pues de villano achichicle no ha pasado cuando su talento da para mucho más. En desperdicio total María Sorté pues se la pasaba sentada y tomando café con galletas junto a Helena Rojo. El “primer actor” Alexis Ayala en cumplidor. La revelación fue Federico Ayos como actor.


(Spoilers) Muy mala dirección de cámaras. Resulta que a la villana juvenil Renata (Dulce María) le amputaron las piernas y la toma la hicieron de lado, entonces se vio el truco. Le hacen dos hoyos a la cama para que cuelguen las pantorrillas y solo queden las rodillas envueltas en vendas.
Los villanos de Pesadilla en la Calle del Infierno (Alejandro Tommasi y Alejandro Ávila) se pelean en la cárcel y en una muy buena sorpresa, caen de un segundo piso pero la dirección de cámaras se quedó dormida en sus laureles, solo hizo toma cuando ya estaban abajo. Pudo ser más impactante, hay que lucirse.
Las comparaciones siempre van a existir. Sería padre dejarlas fuera pero el producto, ya muy remakeado, es nuevo. Son otros actores, otros guionistas, otra producción. Las telenovelas las veo a partir de lo que presenta, de lo que se ve, cómo las actualizan, qué aportan al género. A lo mejor no aportan nada y se van como llegaron, como el caso de Corazón que Miente que no superó ni le llegó a su antecesora Laberintos de Pasión.
A pesar de tener un argumento antiguo y un guion que se caía de viejo, fue lo mejorcito en este primer trimestre del año sin llegar a ser lo máximo.
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