Experimentos de Televisa

*Nota originalmente publicada el 7 de mayo de 2016

Televisa continúa explorando nuevos opciones en busca del rating y ahora en Yago conjuntó elementos distintos a los siempre utilizados en sus fórmulas.

La productora Carmen Armendáriz desde que hizo Cásate Conmigo, mi Amor (2013) no había vuelto a trabajar en proyectos de ficción.

El guion original se titula Ezel y proviene de Turquía. Es la primera ocasión que Televisa adapta un producto de ese país.

El equipo de escritores encabezado por Larissa Andrade tiene en sus créditos las telenovelas Las Trampas del Deseo, Camelia la Texana y otras producciones realizadas por Argos y Canal 11.

El director Eric Morales ha destacado trabajando en las telenovelas de Giselle González y Roberto Gómez Fernández. Mientras que Rodrigo Curiel, el otro director, se ha desempeñado en telenovelas de Argos.

En la primera semana conocimos a Yago Vila (Iván Sánchez), un misterioso millonario que se involucra en las vidas de los empresarios casineros Lucio Sarquis (Flavio Medina) y su esposa Sara (Gabriela de la Garza). Yago representa una gran oportunidad de negocio para los Sarquis, pero en realidad su nombre es Omar (Francisco Pizaña) y es el hombre a quien Lucio y Sara traicionaron en el pasado. Ahora como Yago, su intención al regresar a la vida de los Sarquis es destruirlos.

Al igual que El Hotel de los Secretos, el ritmo del desarrollo de Yago es decepcionante. Cinco capítulos lentos para plantear el asunto del porqué de la venganza y no hubo nada que nos enganchara con la historia.

No encontramos la razón que justifique esa manipulación del guion entre el pasado y el presente. Los hechos del pasado pudieron haber quedado contados en el capítulo 1 y a lo que sigue, pero no.

Aquí ocurre un extraño caso en cuestión de empatía. Se supone que deberíamos empatizar con la víctima de todo el tinglado que en este caso es Omar, pero Omar es Pizaña y Yago es Iván Sánchez. ¿Entonces? ¿Cómo hacer que el público empatice con Yago?

Las actuaciones de todo el elenco han sido excelentes pero sobresalieron Rosa María Bianchi como la invidente Melina quien busca comunicarse con su hijo supuestamente muerto, Sophie Alexander Katz en su drama de recaída en el alcohol y por supuesto Francisco Pizaña como Omar. También agradecemos el regreso de Ximena Romo a la televisión.

Como habíamos mencionado antes, la producción tiene un alto despliegue de calidad sin embargo tiene uno que otro detalle.

En las escenas de playa al igual que en A Que No Me Dejas, no pudieron mostrar la belleza de la naturaleza mexicana. Parece que escogieron los días más nublados para filmar ahí. Todo se veía opaco, triste. Qué diferencia con el colorido de cualquier escena marina de Flor del Caribe.

Otra cosa rara fue la cárcel donde estaba recluido Omar. Era como una mansión vieja con barandales muy ornamentados y una arquitectura que parecía todo menos cárcel.

La producción se ve muy “artsy” pero sin suspenso no hay emoción.

¿Por qué deberíamos de seguir viendo Yago? No lo sabemos.

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