La Candidata, la podredumbre desde el punto de vista de Televisa

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Un paso para romper ideas viejas

Terminó La Candidata y se va como uno de los mejores proyectos del 2016-17 pero no logró la conexión con la gran mayoría y eso es una lástima. ¿De quién es la culpa? ¿Del guion? ¿De la falta de credibilidad que enfrenta Televisa? ¿La castigó el público? No se sabe exactamente si este proyecto cierra un círculo de teleseries que se inició con El Hotel de los Secretos, Mujeres de Negro, Yago, Sin Rastro de Ti, La Candidata y La Piloto que se canceló ya estando anunciada. La barra se estabiliza, por el momento a lo que saben hacer, con sus fallas, pero lo conocen más: la telenovela.

La historia giró en torno al mundo de la política, el mundo del poder, el sexo como arma, los juegos sucios y el narco, pero contado desde el punto de vista de Televisa que no se había metido de lleno a esa ficción en telenovela o serie y que se vio obligada a hacerlo pues los proyectos de otras televisoras están gustando a una audiencia distinta, los llamados millennials.

Haciendo un comparativo entre las protagonistas de Mi Adorable Maldición y La Candidata, se logra ver que la primera se mantiene inmaculada, limpia, sin mancha, que los villanos la van a destrozar y ella pondrá la otra mejilla para que le suelten los madrazos y al final su recompensa será una boda con un pastel de tres pisos y la palabra “fin”. Ese es su arco de personaje, su trayectoria, no hay pierde.

En La Candidata, Regina (Silvia Navarro) no se prestaba para ser una protagonista agachona, sin carácter o lista para poner su mejilla y que se la chingaran. No, ella se vislumbraba para dar golpes. ¿Qué le faltó? Que se manchara y soltara madrazos, que se le escapara de las manos a sus guionistas y tuviera voz propia. Su mundo era la mierda, no el merengue de Mi Adorable Maldición.

Pero como estamos en México, seguimos pensando que el público de telenovela es pendejo y no va a entender que una protagonista, en cualquier mundo de ficción, se pueda defender. Mantuvieron a Regina atada y hasta el último segundo la pobre se fue apretando la mandíbula, ganadora de las elecciones, es verdad, pero el personaje nunca pudo decir lo que realmente pensaba.

Por algo le pusieron Regina, no es cualquier cosa, debió ser una protagonista con garra, decidida, activa, reaccionaria en un mundo de cabrones, de hombres machistas que siguen viendo a la mujer como una sirvienta, un objeto sexual o una ama de casa que solo sirve para echar tortillas. Eso no era Regina y debió demostrarlo, debieron verlo sus guionistas, que pasara por el fango y le cayera unas gotas de podredumbre a su estupendo vestido con corte setentero, no importaba, se lo hubiéramos perdonado, la hubiéramos sacado en hombros.

Nos falta, nos falta mucho para romper con ideas viejas, con estructuras viejas que solo sirven para matar personajes.

Merece aplausos este proyecto producido por Giselle González porque se arriesgaron, porque tarde o temprano se tienen que actualizar en historias, en estructuras, en personajes.

Personajes “coqueros” ya han salido en otras telenovelas, el polvo blanco ya ha sido captado por la cámara, pero muy pocas veces en Televisa. En uno de los primeros capítulos Susana González se dio un “pasón”, se limpió la nariz y entró a ver al jefe. Se arriesgaron en las escenas de sexo y vimos como los personajes se hacían sexo oral, vimos calzones caer y piernas en los hombros. Era otra forma de contar un melodrama.

En el elenco estuvieron una Silvia Navarro que trabajó muy bien, Susana González que se mueve como pez en el agua cuando no le toca protagónico, Rafael Sánchez Navarro, Nailea Norvind, Patricio Castillo (que estaba en la sobreactuación y le bajó), Juan Carlos Barreto, Verónica Langer, Fabián Robles, Federico Ayos, Gilberto de Anda, Adalberto Parra, Juan Carlos Colombo, Enrique Arreola, Laisha Wilkins, Irineo Álvarez, Fernando Larrañaga, Ari Telch y los muy disfrutables trabajos de Ernesto Gómez Cruz, José Carlos Ruiz y Arturo Ríos.

Fue limpia La Candidata en técnica, en actuaciones, pocas locaciones. Se abrieron temas como el incesto, se habló de droga, del narco, hubo escenas de violencia, de sexo, de prostitución, homosexualidad, puteros, nepotismo y todo eso le espantó a la protagonista, que era quien llevaba a todos los personaje a cuestas. Un personaje que vive en un mundo de mierda y quiere limpiarlo, no se asusta, al contrario.

Necesitaba guionistas mexicanos La Candidata, que supieran cómo está la realidad del país y copiarlo a la ficción o acercarlo.

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2 Comentarios

  1. Eduardo dice:

    Al Contrario Susana se le creyo más lo protagonista que a SIlvia que es fria, sobreactuada, de mirada fija, que dos o tres opinen que Susana no es protagonica, no es la realidad de la mayoria, diria que no le han tocado proyectos atractivos, pero mejor actriz que la Navarro es

    • ? dice:

      Yo pienso que Susana es mejor como antagonista que como protagonista, por ejemplo el velo de novia estuvo de mega flojera, en pasión se la comieron los otros personajes PERO en la que no podía amar ahí si wow ella fue la que se comió a la protagonista y de hecho era más entretenido ver al personaje de que hacía Susana y lo que le pasaba que ver a los protagonistas

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