Me Declaro Culpable. Crítica de la semana de estreno

Lo Que Televisa les Robó
La argentinización de la grilla de Televisa va en aumento con el estreno de Me Declaro Culpable, la tercera telenovela de origen argentino al aire por Las Estrellas.
La nueva producción de Angelli Nesma es un remake de Por Amarte Así (2016) en donde Catherine Fulop, la famosa Abigail, se lució como villana.
La telenovela aborda el drama de Alba (Mayrín Villanueva) quien puso fin a la vida de su marido al desconectar los aparatos que lo mantenían con vida tras padecer una dolorosa enfermedad. Alba fue encarcelada pero el abogado Franco Urzúa (Juan Soler) logró su libertad provisional. Alba busca rehacer su vida y recuperar a su hijo quien está a cargo de su cuñada Ingrid (Sabine Moussier). Ante los constantes berrinches de su bipolar esposa Roberta (Daniela Castro), Franco comienza a sentir una simpatía especial por Alba. La historia juvenil es la de Natalia (Irina Baeva), la hija de Franco y Roberta. Ella atropelló a Paolo (Juan Diego Covarrubias) y huyó del lugar. Paolo quedó paralítico tras el accidente. Tiempo después ellos casualmente se conocen (sin saber que estaban relacionados con el accidente) y se empiezan a gustar pero el fantasma del atropello y sus consecuencias los atormenta a los dos. En medio de ellos está Julián (Pedro Moreno), el novio de Natalia, quien sabe lo ocurrido y chantajea a las Urzúa para obtener posición y dinero.
En sinopsis la trama de Me Declaro Culpable se lee atractiva. Es un melodrama que toca cuestiones morales y que nos pone a pensar sobre lo correcto y lo criminal. Aquí las protagonistas cometieron actos muy serios: un asesinato por compasión y un intento de homicidio imprudencial. ¿Puede el público sentir empatía por ellas? Los temas son polémicos y se antoja que los televidentes dialoguen sobre ellos pero no pasará nada de eso. ¿Por qué? Porque la telenovela está muy mal ejecutada y dudamos que tenga la trascendencia que podría tener.
Pareciera que la pasión se les fue a todos los creativos y de producción de este proyecto. Aunque sus anteriores refritos (Abismo de Pasión, Lo Que la Vida Me Robó, Tres Veces Ana) no fueran grandes obras maestras, se notaba un amor por el trabajo y por el melodrama. En Me Declaro Culpable no. El libreto de Juan Carlos Alcalá, Rosa Salazar, Fermín Zúñiga y Graciela E. Izquierdo y la dirección de Sergio Cataño y Claudio Reyes Rubio (QEPD) parecen realizados más por compromiso que por convicción. Nadie está revisando que su trabajo esté a la altura de la trayectoria que ya tenían.
Al principio parecía que Daniela Castro –quien lleva el primer crédito- iba a dejar huella con su desquiciada Roberta pero ya hartó. La sobreactuación, la mala dirección y un libreto que insiste en querer poner en su boca insultos como “retrógrado” y otros más, están llevando al caño algo que prometía.
Juan Soler también prometía pero el perfil ultrabueno de su personaje y sus constantes risitas aquí y allá disminuyen su credibilidad.
A Irina Baeva la cuidan más para que se vea bonita que para que su actuación luzca convincente. En lugar de progresar regresó a la mediocridad de su papel como la niña rica de Pasión y Poder.
Juan Diego Covarrubias está fuera de lugar. A fuerzas pretende que su personaje tenga matices de chiste como en telenovela de Lucero Suárez. Además pareciera como si le hubieran dicho que simplemente pusiera las piernas chuecas en la silla de ruedas para convencer al auditorio de su invalidez.
Pero la peor de todas las actuaciones es la de Pedro Moreno. No hay trabajo entre el actor y los directores. El personaje de Julián es quien tiene los hilos de varios personajes en sus manos pero a Moreno pareciera como si tuviera flojera de actuar.
Televisa es culpable de la negligencia de esta telenovela. ¿Hasta cuándo volverá la pasión para realizar un trabajo digno?
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