Papá a Toda Madre. Crítica final de la telenovela

La ronda de los padres
Con un final de tres horas concluyó Papá a Toda Madre, primera telenovela del productor Eduardo Meza.
(Spoilers) En el capítulo final Dulce (Ana La Salvia) se aleja de la familia de Jorge (Sergio Mur) y éste tiene un nuevo comienzo en su vida con Kika (Verónica Montes). Nace la niña de Lily (Fernanda Urdapilleta) y Pablo (Cruz Rendel), y Melina (Adriana Parra) le confiesa a Jorge que en realidad él es Melchor, el padre de Pablo, y que se cambió de sexo. Jorge le dice que la apoyará en su confesión a Pablo. Fabián (Mark Tacher) cae en su propia trampa al pretender incendiar la fábrica y muere quemado. Noel (Sergio Klainer) acepta que él fue el causante indirecto de la muerte de la madre de Mauricio (Sebastián Rulli). Renée (Maite Perroni) se va al extranjero a estudiar su maestría. María (Bárbara López) se va a su pueblo con Anifer (Regina Graniewicz). Nerón (Juan Carlos Barreto) le propone matrimonio a Flor Ivonne (Michelle González). Antonio (Raúl Araiza) tiene su debut como estandupero y da un speech sobre ser papá a toda madre. La trabajadora social queda encantada con la respuesta de los niños adoptados a la paternidad de Rodrigo (Raul Coronado) y Rafael (Andrés Zuno) y les confirma que se quedarán con ellos. Finalmente todos los personajes celebran el cumpleaños de Mauricio en la privada y de repente llegan Renée y Anifer acompañadas de un mariachi y Renée le confiesa a Mauricio que va a ser papá.
Dignamente terminó esta propuesta ligera de Televisa inspirada en la telenovela argentina Señores Papis. Finalmente los guionistas sí pusieron mucho de su cosecha y presentaron una telenovela diferente a la original.
Aquí vimos a seis hombres de diferentes edades lidiar con conflictos modernos de paternidad. El común denominador de las cuatro ramas de la historia fue el amor a los hijos.
Mauricio cambió su forma de ver la vida gracias a una niña abandonada. Jorge se abrió a nuevas ideas gracias a los problemas de sus hijos y de sus vecinos. Antonio reforzó los lazos familiares gracias a la crisis económica que sufrieron. Nerón se consolidó como proveedor de bienestar para su nueva y joven familia. Y para completar el cuadro Rodrigo y Rafa llenaron el vacío que tenían para cumplir su sueño de tener su propia familia.
Lo más bonito de esta historia fue que siempre manejó un mensaje de respeto, amor y aceptación. Fue una buena idea por parte del equipo creativo el integrar una trama de controversia como lo es la adopción por parte de parejas homosexuales. La visibilidad de este tipo de tramas puede contribuir a cambiar criterios y prejuicios.
En el cierre de la novela lo que quedó a deber fue el trillado desenlace del villano. Otra vez los libretistas se fueron por la ruta fácil del villano enloquecido que pone en peligro a todos y cae en su propia trampa. Tache a la originalidad.
Otro punto que pudo haber dado para más fue la revelación de Melina/Melchor. Hace poco vimos el caso de un padre transexual en Por Amar sin Ley y su breve historia tuvo un inicio y fin, sin embargo en Papá a Toda Madre quedó en el aire su desarrollo.
Como en otras telenovelas de Rosy Ocampo aquí también intentaron cerrar con un mensaje emotivo. La tarea corrió a cargo de Antonio como parte de su monólogo en su debut como estandupero pero la escena no terminó de cuajar pues las cosas que decía nada tenían que ver con el ambiente de un show nocturno para adultos.
Sebastián Rulli y Maite Perroni tuvieron buenos momentos pero en general su desempeño fue bastante regular. Mark Tacher ya agotó todo lo que podía mostrar como villano y debería buscar otro tipo de personajes. Bien por Sergio Mur quien le dio un toque muy particular a su creación de Jorge, un personaje totalmente opuesto al que realizó en Reina de Corazones pero que no llegó a ser del agrado de todos. La niña Regina Graniewicz se desenvuelve muy bien en escena, lástima de que su voz sea muy poco agradable. Bien por Ana La Salvia, Verónica Montes, Michelle González, Andrés Zuno, Raúl Coronado, Juan Carlos Barreto, Verónica Jaspeado y Yankel Stevan.
¿Qué si se notó la visión de un nuevo productor en esta telenovela? Pues no, Papá a Toda Madre se sigue pareciendo a todas las historias ligeras que realizó Rosy Ocampo en la última década. A Eduardo Meza le faltó mostrar su identidad a través del producto.
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