Hernán, la Mejor Serie/Teleserie del Año en opinión de Ángel Adm

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Introducción

Por supuesto que haré un recuento de lo que me ha parecido mejor y peor no sólo del año sino de la década puesto que hay mucho de lo que podemos comentar las siguientes semanas.

Me parece que un buen ejercicio es comenzando a premiar con un artículo a las producciones más destacadas del año, siendo el turno de Hernán, a la cual considero como la Mejor Serie/Teleserie del Año (de 25 capítulos o menos) por encima de Historia de un Crimen: Colosio, Monarca, La Casa de las Flores 2, La Usurpadora o Cuna de Lobos. Y es que esta historia protagonizada por Óscar Jaenada y la revelación Ishbel Bautista, no nos relató sólo un hecho histórico desde la perspectiva más neutral que se le ocurrió a sus creadores, sino que también nos ofrecieron uno de esos melodramas apasionados que tanto se añoraron este año por su ausencia.

La elegancia hecha serie

Hace un año había felicitado a La Casa de las Flores como la Mejor Serie/Teleserie por haber entregado un melodrama que se atrevió a llegar a unos temas profundos que no estábamos acostumbrados a ver en la televisión pública, algo así pasó con Hernán.

Hernán y María Magdalena pueden ser considerados como los contenidos con capital mexicano-extranjero más valientes del año. La primera “se la jugó”, como decimos coloquialmente en el país.

En 2019, un año tan peculiar por todo el contexto político, histórico y sociopolítico que hemos vivido en México, que nos traigan una serie de la Conquista, puede herir a las más fuertes susceptibilidades nacionales. Por años enteros desde telenovelas sesenteras, unitarios o películas, hemos repetido la tradición: “Españoles vs Indígenas”, los primeros siempre vistos como los villanos y los segundos como las víctimas, en Hernán se rompió con eso.

¡Qué serie más elegante! ¡Tan bien cuidada, dirigida y escrita! Unos diálogos magistrales que van desde un castellano comprensible a unos dialectos maya y náhuatl, para los cuales se usaron sus versiones antiguas dando mayor verosimilitud al asunto. A los actores que les tocó este reto mostraron su profesionalismo y tablas escénicas.

Aquí los indígenas no son mártires totales ni los españoles villanos completos. Todos juegan en un papel neutro con emociones humanas, anhelos, esperanzas, sueños, ambiciones y claroscuros. ¡Fue llevar el conflicto desde una perspectiva humanista como nunca se había pensado!

Siempre hemos visto a la Santa Inquisición como un espectáculo de completo terror e ignorancia pero aquí vemos a los personajes temerle a los sacrificios que se realizaban para los Dioses, conocemos detalles simbólicos de lo que era ese conflicto político tan marcado entre los Mexicas y los Tlaxcaltecas y los traumas de cada uno de sus integrantes.

Los vestuarios fueron muy bien empleados. La recreación de la Gran Tenochtitlán fue más que magnífica y ni hablar de ese argumento de un grupo de escritores encabezado por Amaya Muruzabal que va desde lo histórico a lo realmente macabro y crudo. Muchas de las escenas fueron para casi gritar frente al televisor o vivir en constante adrenalina.

¿Quién pensaría que Óscar Jaenada a quien hace un año lo reconocí como Villano del Año, ahora bien podría ser el Protagonista del Año? Él hace que comprendamos a Hernán Cortés desde una perspectiva muy personal, con miedos y aspiraciones que cualquier persona se podría identificar. No era ni héroe ni villano, solamente un humano sumergido entre miedos y glorias pero su historia de amor con Malitzin/Marina, interpretada por Ishbel Bautista me dejó muy asombrado.

¡Esa esencia a melodrama fue lo que le terminó de dar el toque! La relación de Hernán-Marina, era muy bella, claro, llena de obstáculos psicológicos y raciales pero van hasta al grado de necesitarse el uno al otro, como un verdadero amor apasionado. Ante una escasez de romance que valiera la pena en todo el año, ver una pareja tan poderosa como esta me llenó de orgullo.

Otros que me dejaron boquiabierto fueron los participantes del triángulo amoroso entre Pedro de Alvarado, María Luisa y Xicoténcatl, interpretados por Michel Brown, Mabel Cadena y Jorge Guerrero. Locura fue poca lo que desbordaron estos tres en sus apasionantes escenas, él un español rudo, salvaje y machista cuyos prejuicios se hicieron a un lado al conocer a la tlaxcalteca rebautizada, María Luisa, al grado de pasar de la atracción a un sentimiento mucho más poderoso y ella siendo la hermana del tercero con quien llega a tener una relación incestuosa. La tensión entre los tres no se puede describir tan fácilmente y revela lo tan buenos actores que son, porque dieron de los momentos más suspirantes y hasta terribles en la trama.

Estos cinco actores que apenas he mencionado son unos cuantos de todo un buen elenco español-mexicano que se compuso. Me encantaría mencionar a cada uno pero en general hicieron trabajos excepcionales, un aplauso a la dirección escénica y a los productores ejecutivos.

Finalmente quisiera recalcar la entrada, sin lugar a dudas, la mejor del año. Recuerdo cuando puse mi queja a la última versión de La Usurpadora, al destacar que en su pretensión de ser serie, eliminaron el hecho de contar con un opening, aquí Hernán me da la razón y vaya… ¡Qué opening! Uno que describe perfectamente los sentimientos de los personajes, pasando por la narración de las batallas históricas y el choque de ambos mundos al más puro estilo de Game of Thrones. ¡El tema musical que lo adorna es sublime y como bien lo dije en un principio: elegante!

Por supuesto, hay que recordar que es una ficción y por lo tanto, una adaptación de una investigación a los sucesos que ocurrieron para los intelectuales que pudieran quejarse de los muchos o pocos contrastes con los pasajes reales.

Quizá el único “pero” y problema que podría encontrarle es que la producción debe tener un estudio ambiental más cuidadoso y respetuoso. Esto por el escándalo de la afectación a Xochimilco, lugar en el que grabaron varios escenarios y tuvieron que pagar una fuerte multa, sin mencionar la omisión de permisos.

Los que la vimos por Azteca 7 disfrutamos de unos cuantos domingos de adrenalina y reflexión y los que la pueden ver por Amazon, no lo duden, de verdad, vale totalmente la pena repasar la perspectiva humanista y alejada de egocentrismos como vanidades intelectuales de lo que es Hernán.

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