El Dragón. Crítica de la primera impresión

Artículo publicado por primera vez en Noviembre 2019
El antihéroe que llegó de Japón
Univisión y Netflix estrenaron antes que Televisa la teleserie El Dragón, una coproducción de Lemon y W Studios. En Netflix se encuentran disponible actualmente 38 capítulos.
Esta es una historia sugerida por Patricio Wills al novelista español Arturo Pérez Reverte, quizá el responsable indirecto de las narcoseries tras la publicación de La Reina del Sur. Pérez Reverte desarrolló el libreto con un equipo de guionistas.
El primer capítulo de El Dragón comienza en el pasado con el asesinato de los padres del personaje titular cuyo verdadero nombre es Miguel Garza (Sebastián Rulli). Veinte años después nos enteramos de que el abuelo de El Dragón, Lamberto Garza (José Elías Moreno) se hizo cargo de Miguel y de sus dos hermanos: Chisca (Cassandra Sánchez Navarro) y Jorge (Juan Pablo Gil). Lamberto es el líder de una red de transporte de droga pero está muy enfermo y ante los ataques de su rival Epigmenio Moncada (Roberto Mateos), desea transferirle la organización a Miguel. Miguel pasó toda su adolescencia y temprana juventud en Japón donde se entrenó en artes marciales con el líder de la yakuza (mafia japonesa), sin embargo mantiene una fachada de exitoso ejecutivo financiero y está enamorado de Asya (Zuleyka Rivera). Tras un ataque a la familia Garza en México, Miguel regresa a su país y se encuentra cara a cara con Epigmenio Moncada.
Una vez más las compañías productoras de televisión presentan un producto donde “el héroe” está en el lado opuesto de la ley y lo presentan como un hombre atractivo y con una imagen casi de ejemplo a seguir. Miguel es un hombre inteligente, exitoso, astuto que aparentemente tiene todo en la vida y no tiene ningún problema de que su familia esté involucrada en el tráfico de drogas. En una conversación con Lamberto se les oye hablar de que es un negocio “respetable” y el patriarca aclara que solo es transportista y no distribuidor como si eso lo lavara de culpas.
Entre los actores que vimos en este arranque estuvieron Gonzalo García Vivanco y Alejandra Robles Gil en una participación especial como los padres de Miguel, Cynthia Klitbo como la mujer de Lamberto, Jean Paul Leroux como un colega en la compañía financiera de Miguel, y Manuel Balbi como un periodista cuya hermana es asesinada por los esbirros de Epigmenio Moncada.
Rulli aparece como todo un galán, elegante, profesional, hablando en japonés y hasta lo vemos por unos minutos practicando el kendo con su mentor, el líder de la yakuza. Todos los actores cumplieron con sus papeles con excepción de Juan Pablo Gil quien lució patético como el traumado hermano de El Dragón.
La producción se ve de excelente calidad y contó con locaciones en Japón. En esta ocasión se lucieron con los créditos los cuales están acorde a la atmósfera oriental pero la canción parece copiada de una película de James Bond.
El Dragón tiene buenos elementos pero falta ver novedad en su desarrollo.
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Me gustaría comentar algo al respecto sobre las narcoseries y la imagen positiva (o por lo menos, atrayente) que dan de los criminales.
Se suele representar ocasionalmente a los protagonistas de estas series cometiendo actos rechazables que pueden desagradar al espectador. Pero también se les muestra como individuos que poseen dinero y poder, tienen coches de lujo y viven en mansiones, son temidos y respetados por casi todos, se acuestan con hermosas mujeres y vencen cuantos obstáculos aparecen en su camino. Es decir, también pueden ser a los ojos del espectador ejemplos de éxito (una obsesión para la sociedad en la que vivimos).
Si me lo permiten, me gustaría recomendarles que visionen una serie italiana titulada Romanzo Criminale. En ella, se retrata a un grupo de delincuentes en la Roma de los años 70 y 80, con unas vidas marcadas por la fatalidad. Son criminales porque prácticamente no tienen otra opción; temporalmente obtienen dinero e influencia, pero están todos avocados a la catástrofe y a tristes finales, debido a la existencia que llevan.
Ese enfoque puede ser una opción interesante a la hora de retratar a los delincuentes en las telenovelas mejicanas.
Un saludo desde España.
Gracias por tu comentario y recomendación!
Esta serie me tuvo al punto de mi silla, pero el final que malo estuvo 🤬🤬🤬