Nuevo Amanecer, del cine a la televisión

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Introducción

En mis aventuras por Internet encontré muy buenas telenovelas clásicas para verlas cuantas veces quiera. En artículos anteriores he manifestado mi admiración por el señor Ernesto Alonso y teniendo esto en cuenta, quise ver una telenovela de él titulada Nuevo Amanecer de 1988. Esta historia fue protagonizada por los legendarios actores Jacqueline Andere, Pedro Armendáriz Jr. y Blanca Guerra.

Nuevo Amanecer es un remake de una película original de Fernanda Villeli (escritora de cabecera de Ernesto Alonso) llamada El Deseo en Otoño (1970). Fue dirigida por el enorme Carlos Enrique Taboada y en ella actuaron Maricruz Olivier, Guillermo Murray y Sonia Furió.

¿Qué nos puede ofrecer la una a la otra? Aquí podemos descubrirlo.

El suspenso psicológico desde un relato terrorífico a un thriller

El Deseo en Otoño y Nuevo Amanecer tienen una clara línea de seguimiento, sin embargo, ambas van destinadas a públicos diferentes en épocas distintas. La primera es una muestra de cine atrevido, experimental y con un toque siniestro de terror humano. La segunda fue destinada a un público vespertino ochentero que deseaba visualizar una trama de amor con los toques distintivos del señor Alonso.

Carlos Enrique Taboada famoso por Hasta el Viento Tiene Miedo (1968) y Ernesto Alonso por El Maleficio (1983), en sus respectivos géneros, ambos son conocidos como exponentes del terror sobrenatural y psicológico.

Por lo tanto, cuando a las célebres Carmen Daniels y Tere Medina les asignaron una película atrevida de Taboada para adaptarla, fue un reto evidente. La cinta trata un tema muy delicado como el lesbianismo y para aquel 1988 debían disfrazar todo y darle un cuerpo nuevo a la trama.

Tuve la oportunidad de ver las dos versiones y me parecen muy bien hechas para lo que pretendían cada una. Ambas obras pueden provocarte momentos fuertes de tensión y dejarte con la boca abierta cuando se debe, además de mantenerte en vilo por las terribles consecuencias de las macabras situaciones que se presentan.

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Los ochentas: era de thrillers

Si bien se destacan mucho en medios las participaciones de Valentín Pimstein y Carlos Téllez como promotores de los thrillers por Vivir un Poco (1985) y Cuna de Lobos (1986) respectivamente, fue Ernesto Alonso el que le dio notoriedad a estas historias desde antes que ellos con La Hiena (1973) y Bella y Bestia (1979). El hecho de aventurarse a hacer Nuevo Amanecer en un horario tan familiar fue atreverse a mucho.

Nuevo Amanecer nos relata la apagada vida de una profesora entrada en la cuarta década. Su manera de pasar el día a día es similar al de una niña por la sobreprotección enfermiza de su terrible madre, pero en realidad, era odio disfrazado. Cuando su madre fallece, la maestra se aventura por el mundo y en pocos días conoce al amor de su vida, decidiendo casarse como en un cuento de hadas, sin embargo, al regresar a su casa, vemos cómo la realidad puede ser el martillo más demoledor.

Y es que esa es la magia de esta telenovela. Nuevo Amanecer nos hace suspirar en sus primeros capítulos por su maravillosa banda sonora y por la magnífica química entre Jacqueline Andere y Pedro Armendáriz Jr. Los espectadores de verdad creemos que vemos un “Nuevo Amanecer”, pero luego esto se torna en algo sombrío, incierto y desolador.

Analizando los perfiles psicológicos que construyeron las escritoras, pudimos deducir la personalidad de los dos protagonistas conociendo lo que les encanta leer. Laura (Jacqueline Andere) es fanática de las novelas románticas y cuando va a dormir o relajarse, procura leerlas. Lo que ella busca es eso, un romance, un cuento anhelado.

Por su parte a Gerardo (Pedro Armendáriz Jr.), le encantan las novelas de misterio, procurando investigar hasta la última gota si lo relatado es cierto y aquí es donde vemos ese contraste con Laura, en ella encontramos el amor y en él, lo oculto, lo misterioso o subliminal.

Al momento que esa ansiada “eterna luna de miel” se interrumpe, la telenovela atraviesa el arco de los anónimos. Una misteriosa persona anda rondando la vida de la pareja y le manda mensajes a Laura, diciéndole que su marido es un probable criminal. Y sí… hay sospechosos.

La primera mitad de la telenovela es fascinante porque cae en lo inesperado, lo bello y lo infame al mismo tiempo.

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Diferencias entre la película y la telenovela

Conociendo lo que es la trama en sí, El Deseo en Otoño es una película de terror psicológico. La cinta no juega con el misterio. De inmediato sabemos quién puede ser el autor de los anónimos y hasta comprendemos sus intenciones.

La telenovela utiliza recursos como una madre muerta como consciencia de la protagonista. También observamos un suspenso psicológico en medio del thriller y muchas veces parece obvia la identidad del autor de anónimos, pero nos disfrazan el panorama al agregar varios sospechosos.

En El Deseo en Otoño la protagonista toma vacaciones en Acapulco para visitar unos familiares y es profesora de química (dato muy importante para el desenlace de la cinta) y en Nuevo Amanecer, nos adentramos en la vida de una letrada en historia que decide irse a un crucero por Centroamérica.

Los personajes de las tentativas antagonistas, Clara de Sonia Furió y Norma de Blanca Guerra, tienen motivaciones distintas. Con la primera se hace un hincapié en el tema del lesbianismo y la segunda no tolera que su mejor amiga la supere en absolutamente todo. Cabe destacar que Laura, es una de las protagonistas con una de las evoluciones más rápidas que he visto.

Evidentemente, en pleno 1988 no se iban a arriesgar con algo tan fuerte por la censura, sin embargo, se hizo un buen juego para cuadrar las intenciones de los personajes con el núcleo central. Pese a todo, después de esta telenovela llegó Mi Segunda Madre (1989), la primera en hablar de una manera sutil de las orientaciones sexuales.

el deseo en otono pelicula

Personajes enigmáticos

Sin duda, una felicitación para el gran director que era Alfredo Gurrola quien orquestó a un elenco de personalidades apantallantes.

Fue un buen trabajo de las guionistas y el director pasar la intriga del autor de los anónimos entre los roles de Blanca Guerra, Manuel Ojeda, Araceli Aguilar, Guillermo Aguilar, Rebecca Silva, Flor Trujillo y hasta el fallecido personaje de Rita Macedo. Por otro lado, el papel de Tere Velázquez también pudo pintar en el enredo al ser de las que conocían la verdadera identidad del protagonista.

De todos los anteriores, me agrada el tema de la “doble intención” y es por el cual, se vuelven sospechosos convincentes. Cada uno tiene una metamorfosis con respecto a las situaciones, no las asimilan, las niegan, rechazan ser incrédulos, resienten, envidian o protegen.

Norma de Blanca Guerra parecía tan leal que uno no esperaría que ella fuera la responsable. Samuel de Manuel Ojeda conservaba su gallardía y nobleza, tampoco no se desearía que fuera él.

Uno se preguntaba, ¿por qué el personaje de Flor Trujillo estaba tan obsesionado en encontrar al de Pedro Armendáriz Jr.? y a su debido tiempo nos lo aclararon.

De ahí en fuera, brutal personaje el de Elena interpretado por Rita Macedo. Esta mujer fue un claro y evidente antecedente a otros célebres en la trayectoria de Alonso como Bernarda Sáenz Vda. De Guillén (Jacqueline Andere) en La Otra (2002) y Alejandra Madrigal de Horta (Margarita Isabel) en Amarte es mi Pecado (2004). Uno pudiera decir que a su muerte nos habíamos librado de un demonio, pero al dejar huella en la mente de nuestra protagonista, la seguimos viendo imponiendo su asqueroso ideal por doquier hasta torcer a su hija.

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Pareja multifacética

Para mí fue increíble ver a verdaderos actores protagonizar. Jacqueline Andere hizo una creíble interpretación en cada arco de la telenovela. Desde su timidez hasta su cambio, desde ser una mujer con clase a una atormentada y de esta última a una valiente inigualable.

Pedro Armendáriz Jr. es tan carismático, al grado de que yo rogaba una y otra vez que el no fuera un despiadado villano. Siempre me esperaba que su cariño fuera genuino hacia la pobre protagonista, quien ya había sufrido demasiado.

El verlos juntos, actuando de verdad, haciéndonos creer que se amaban como también pudiera no ser así, se volvió una experiencia de aplausos. Para mí, esta ha sido una de las parejas maduras mejor construidas.

Producción

Es evidente que la influencia de Ernesto Alonso era notoria y pese a los foros, uno puede sorprenderse por las locaciones, el crucero y lo verídica de la preparatoria entre otros detalles.

Aunque no había muchos temas incidentales, el instrumental emblema que acompañaba a la trama, incluso, en sus variantes, simplemente es maravilloso. Además, el tema de suspenso psicológico que te provocaba una alta tensión es aplaudible. Muy buen trabajo de su musicalizador Juan López.

Los primeros capítulos mostraban la dirección de cámaras icónica de Ernesto Alonso, por ejemplo, en el delicado estado de salud de Elena (Rita Macedo), ese zoom podía ser comparable al que después vimos en La Otra (2002).

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Temas expuestos

Me agradó que se tratara de forma muy digna el tema de la superación educativa. Arnulfo, el personaje de Roberto Antúnez, era un conserje y no por ser pobre, no iba a ser culto. Él se metía en cuestiones históricas y científicas gracias a los artículos y libros que leía.

El clasismo que hasta la fecha compone un tema delicado, fue bien ejecutado por los personajes de Héctor Suárez Gomís y Eduardo Liñán hacia los papeles de Raúl Araiza y Graciela Döring, respectivamente.

Los traumas de la profesora Laura que le hacían ver las insufribles alucinaciones de Elena, nos resaltaron la importancia de la ayuda profesional psicológica y psiquiátrica.

La violación infantil fue otro de los temas que se trataron, quizá, con muchas pinzas, pero muy bien ejecutado para la época y atrevido en el horario que fue emitida.

Los casos de violencia intrafamiliar eran el pan de cada día en esta telenovela. Los prejuicios a las madres solteras, el espionaje, la psicopatía y la mafia, por decir otros más.

Elenco

Francamente, sensacional el trabajo de la gran mayoría, pero destaco a estos varios:

Rita Macedo y Eduardo Liñán, ¡muy buenos villanos! Mis respetos.

Blanca Guerra y Manuel Ojeda representaron bien a los terceros en discordia. Ambos mantenían una dualidad expectante. Al segundo lo catalogamos mucho en los villanos pero aquí es todo lo contrario y se le creyó dignamente.

Impecable trabajo el de las primeras actrices Graciela Döring, Norma Lazareno, Dolores Beristain, Maristel Molina, Sara Guasch y Tere Velázquez como la antagonista cómica, Gladys. Además, disfrutamos a actores interesantes como Araceli Aguilar, Guillermo Aguilar, Humberto Elizondo, Flor Trujillo, Óscar Traven, Roberto Antúnez y Graciela Bernardos.

De la trama juvenil destaco la muy buena labor de dos personalidades, Jerardo como el vengador Manuel y Héctor Suárez Gomís como el terrible Paco. Nuevo Amanecer representó el lanzamiento de Daniela Castro, Salma Hayek y Raúl Araiza, tres personalidades que hasta la fecha, son sumamente importantes.

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Lo malo

Sin duda, la segunda parte de esta historia empezó a recurrir a clichés. La trama de misterio se fue diluyendo e incluso la identidad del autor de los anónimos no fue tan impactante hasta cuando conocimos sus motivaciones (con el respaldo de la buena banda sonora). Los nuevos personajes a veces parecían metidos muy con calzador y terminamos viendo otro tipo de historia.

La trama juvenil me llegaba a parecer cansada siendo que un año antes teníamos el cañonazo de Quinceañera (1987). Me hubiera encantado que Nuevo Amanecer fuera más arriesgada y hubiera tratado temas de interés para el público juvenil, pero solo agarró los más básicos.

En ese mismo tenor sentí al personaje de Fabiola (Salma Hayek) sin una personalidad atractiva, cosa que no pasaba con su símil en El Deseo en Otoño. Era el personaje de una niña caprichosa, que tenía celos de cuanta mujer se le acercara al padre por el falso recuerdo de una madre que ni conocía. Ya desde aquí podíamos pensar la cantidad de tonterías injustificadas que desenvolvería en la telenovela.

Al personaje de Diana (Rebecca Silva) le pudieron sacar más provecho como sospechosa, algo que la hiciera más interesante, pero su evolución en toda la telenovela fue nula. Si la retransmitieran, en redes sociales este sería el papel más odiado de toda la historia.

Tal como con Mi Segunda Madre (1989) se notó el esquema de “competencia 0”, muchos capítulos no acababan con cierres atractivos.

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Problemas en la videoplataforma

Desafortunadamente si quieren ver Nuevo Amanecer por Internet, deberán encontrarse con varios obstáculos como escenas cortadas, capítulos desaparecidos o audios desfasados. Espero, de corazón, ahora que están retransmitiendo las telenovelas de Ernesto Alonso, que la pasen en algún canal de Televisa. Francamente, vale la pena todos los detalles que tiene.

Conclusión

Adaptar un género tan diferente a otro es un gran reto, pero podemos encontrar trabajos decentes y bien solventados como Nuevo Amanecer, especialmente, por su primera parte.

En Internet hay muchas joyas que pueden ser valoradas y esta en especial, tiene una singular dignidad que como thriller agrada a la par que como buen melodrama.

 

 

 

 

 

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