Corazón Guerrero. Crítica de la semana de estreno

Guerra en el corazón
Ya existieron Corazón Salvaje, Corazón Indomable, Corazón Que Miente, Corazón Valiente y ahora toca el turno para Corazón Guerrero, la nueva producción de Salvador Mejía para Las Estrellas en el horario de las 4:30. El pretexto para el nombre de la telenovela es que los protagonistas masculinos adoptaron el apellido Guerrero para llevar a cabo una venganza.
La clave de la historia es la venganza de tres hermanos contra el hombre que arruinó a su padre. Su forma de realizarla es enamorando a las hijas del villano pero el verdadero amor se interpondrá en su camino. Aunque Corazón Guerrero se basa en la argentina Valientes (2009), es la misma premisa que Las Aguas Mansas (1994) / Pasión de Gavilanes (2003) / Fuego en la Sangre (2008) y Tierra de Reyes (2014) del autor colombiano Julio Jiménez.
En la primera semana vimos cómo los hermanos Sánchez se cambian el apellido a Guerrero para despistar a su enemigo Augusto Ruiz-Montalvo (Diego Olivera) y además se instalan en un taller frente a su mansión. Jesús (Gonzalo García Vivanco), Damián (Rodrigo Guirao), Samuel (Christian de la Campa) y su primo Adrián (Sian Chong) se reencuentran después de estar separados muchos años y pretenden conquistar a Carlota (Altair Jarabo), Doménica (Oka Giner) y Emma (Karena Flores), las hijas de Augusto. Jesús también conoce a la florista Mariluz (Alejandra Espinoza) y se comienza a enamorar de ella sin saber que también está relacionada con Augusto.
Abundancia de interrogantes
Aunque la trama de Corazón Guerrero es sumamente predecible, el guion está lleno de huecos y saltos. Muchas cosas del arranque no quedaron claras en su momento. No sabíamos ¿A qué se dedica Augusto? ¿Qué es lo que busca en el taller? ¿De dónde saca el dinero Jesús? ¿Cómo Jesús dio con sus hermanos? ¿Es Augusto bueno o malo? Ni con los inspirados monólogos iniciales de Jesús, en donde reflexiona sobre sus acciones y planes, se entendían algunas cosas.
En la edición también hay brincos que rompen con la armonía secuencial clásica de una telenovela. Sumado a todo eso, detectamos al menos un error en una escena donde Jesús está con don Abel (Manuel Ojeda) y lo llama ¡Augusto!
En cuanto a locaciones, la ubicación de un taller mecánico frente a una mansión también es una situación bastante excepcional. Además, en ese taller trabajan sin overol y la gente entra y sale de la casa anexa como perro por su casa.
Malas decisiones
Resulta contradictorio que la telenovela pretenda concientizar sobre la diabetes que padece Emma y utilice como patrocinador a Coca Cola.
Se supone que Carlota será la villana de la historia pero ni sus maldades ni la actriz que la interpretan cumplen. De entrada Altair Jarabo podría ser la esposa joven de Diego Olivera no su hija. Todos los berrinches y artimañas que ha hecho este personaje parecen de telenovela infantil.
Todavía no entendemos cuál es la función del personaje de Sabine Moussier. Augusto tiene a su sobrino Federico (Joshua Gutiérrez) para dialogar y las hermanas Ruiz-Montalvo se tienen unas a otras. Entonces ¿para qué incluir a una señora histérica que nada aporta a la trama?
Hace falta poner más pericia en las escenas de acción. La escena cuando Augusto es balaceado dentro del taller fue un CAOS con mayúsculas.
Dentro de todo lo exótico de este coctel que es Corazón Guerrero, agradecemos el colorido de la producción y el respaldo de figuras con una amplia trayectoria.
Corazón Guerrero es escrita por Katia Rodríguez Estrada, Carolina Mejía Lartilleux y Fernando Garcilita. La dirección de escena es de Jorge Robles y Edgar Ramírez.
Calificación inicial: 7
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