Telenovelas infantiles: fantasía, magia, música y aventuras

Al oír la palabra telenovela comúnmente nos remitimos a esos dramas donde las protagonistas (principalmente) padecen un sinfín de contratiempos que al final se resuelven y logran vivir felizmente. Sin embargo, el género tiene varias aristas que a lo largo de los años se han ido explotando. Un ejemplo de ello son las telenovelas infantiles, que aunque hoy en día ya no se ven en la pantalla, fueron muy importantes, tanto para presentar caras nuevas en la industria como para captar la atención de un público muy particular como lo son los niños.
Orígenes
El surgimiento de las telenovelas infantiles está ligado a Valentín Pimstein. Él fue conocido como “el padre de la telenovela rosa” y en su afán por crear historias vio en los niños y las temáticas propias de esa etapa de la vida una oportunidad para realizar contenido más familiar que pudiera ser visto por ellos. Pimstein tomó como referencia lo que se venía haciendo en Sudamérica. En Brasil se produjo en 1971 Pingo de Gente y en Argentina en 1973 Papá Corazón.
Como tal, la primera historia con una protagonista infantil fue La Recogida de 1971, historia que relata el padecer de una niña huérfana que es recluida en un orfanato y que encuentra refugio y protección en una noble mujer.
Graciela Mauri y Lucero, las primeras estrellas infantiles
Sin embargo, el concepto de telenovela infantil se vio más claramente empleado a partir de 1974 con Mundo de Juguete (adaptación de Papá Corazón de Abel Santa Cruz). Esta telenovela tuvo como protagonistas adultos a Ricardo Blume e Irma Lozano y como protagonista infantil a Graciela Mauri. Dentro de esta maratónica producción (duró 3 años al aire), la pequeña Cristina Salinas es huérfana de madre y su papá la internó en un colegio de monjas. Lo que llamó la atención fue la inclusión de elementos fantásticos, pues la simpática niña creó en su mente un mundo de juguete en el cual pasaba ratos de alegría en compañía de su peculiar amiga imaginaria, la nana Tomasita (interpretada por la gran actriz Sara García).
Cuatro años después, Graciela Mauri volvería a protagonizar una historia, ahora como Ana María en Gotita de Gente (adaptación de Pingo de Gente). La telenovela trata de una niña huérfana que escapa del orfanato y llega a la Ciudad de México. Ahí encuentra refugio en un buen hombre llamado Juan (Jorge Ortiz de Pinedo), y crean un lazo afectivo muy fuerte entre ambos personajes.
En 1982, tras dejar descansar varios años el concepto, Pimsteín apostó ahora por Lucero para el papel central en Chispita (adaptación de Andrea Celeste, idea original de Abel Santa Cruz). Esta historia presenta una vez más a una niña aparentemente huérfana que es adoptada por Alejandro (Enrique Lizalde) generando diferencias entre ella y su hija biológica Lily (Usi Velasco). Casi al final de esta telenovela, Chispita descubre a la madre que se había perdido años atrás (Angélica Aragón) y se reencuentran.
Más historias infantiles
Entre 1989 y 1990, Televisa dio luz verde a un proyecto basado en Jacinta Pichimahuida otra idea original de Santa Cruz, bajo el título de Carrusel. Gabriela Rivero encarnó a la dulce maestra Ximena, una joven que se inicia en el mundo de la docencia y que logra ganarse el corazón de sus alumnos.
Dentro del grupo de alumnos, se podían ver las diferentes personalidades que existen en la sociedad: inteligentes, bromistas, románticos, a los que les cuesta estudiar, así como pobres y ricos.
En el reparto, apareció una niña que con el tiempo se volvería una actriz destacada como lo es Ludwika Paleta. Ella representó el papel de María Joaquina, una niña rica que constantemente desprecia a su compañero Cirilo (Pedro Javier Vivero) por su condición social y por su color de piel.
Esta historia entre otras cosas, trató de promover valores como la igualdad, el respeto, la bondad y el amor. Dos años más tarde, se haría una secuela titulada Carrusel de las Américas, donde destacaron las actuaciones de Kalimba y Alejandra Ley.
En 1992 Pedro Damián hace su debut como productor ejecutivo con la telenovela El Abuelo y Yo. En esta historia el primer actor Jorge Martínez de Hoyos interpreta a un hombre solitario de nombre Joaquín, quien se encariña con un niño llamado Daniel (Gael García). Daniel se une por una profunda amistad con Alejandra (Ludwika Paleta), la cual se sobrepone a cualquier diferencia que exista entre los mundos de ambos niños.
Ese mismo año, Pedro Damián produce también Ángeles sin Paraíso, donde Claudia (Anahí) y Andrés (Felipe Colombo) sufren constantes abusos por parte de su malvada tía Aurora (Patricia Bernal). Es tanto el maltrato, que los niños escapan y se ven obligados a vivir en la calle, donde se reencuentran a su mamá y finalmente viven felices los tres.
Remakes exitosos y mayor impulso a las telenovelas infantiles
En 1996, Mapat produce un remake de Chispita, rebautizada como Luz Clarita y protagonizada por Daniela Luján. Esta historia provoca que el concepto se voltee a ver con más interés, y para 1998, daría inicio de una barra vespertina destinada a las telenovelas infantiles. La primera en transmitirse fue Una Luz en el Camino con Mariana Botas como figura principal y le siguió Gotita de Amor, donde vimos a Andrea Lagunes.
Las historias orientadas a los niños cobraban más y más fuerza y esto quedó reflejado en El Diario de Daniela, producción con la que Rosy Ocampo entra de lleno a la telenovela (anteriormente había tenido otros puestos en diversos proyectos). Lo que más llamó la atención fue que en torno a la novela se creó todo un concepto musical que culminó con un concierto masivo en el Estadio Azteca y que se repetiría en las próximas telenovelas de la productora.
Títulos como El Niño Que Vino del Mar, Serafín y Cuento de Navidad fueron los que continuaron dándole proyección a la barra.
Nueva década, nuevas historias
El año 2000 llegó con nuevas historias para captar la atención de los niños televidentes. De la mano de Rosy Ocampo (creadora del concepto Televisa Niños), Belinda y Martín Ricca fueron los encargados de llevar el peso protagónico infantil de Amigos x Siempre. La trama es sobre dos amigos que enfrentan todo tipo de conflictos tanto escolares como personales dentro del Instituto Vidal. Al frente del instituto está doña Julia (Carmen Montejo), la abuela de Ana (Belinda), y con ella colabora el profesor Salvador (Ernesto Laguardia). Gracias a la amistad de los niños, todo empieza a adquirir ese color y diversión que la infancia tiene.
Un punto que se destaca de las telenovelas infantiles de principios de los años 2000 fue la inclusión de más elementos de fantasía. Viajes en el tiempo (Aventuras en el Tiempo), magia (Alegrijes y Rebujos), y seres fantásticos (Misión S.O.S y Sueños y Caramelos), formaron parte de estas historias. Además, se le dio proyección a pequeños actores y actrices como Belinda, Danna Paola, Nashla, Miguel Martínez, Diego Boneta, Alisson Lozz y Jesús Zavala, entre muchos otros que actualmente cuentan con sólidas carreras dentro del espectáculo tanto mexicano como internacional.
Destacados proyectos siguieron la misma línea: María Belén (2001), Cómplices al Rescate (2002), ¡Vivan los Niños! (2002), De Pocas Pulgas (2003), Alegrijes y Rebujos (2003), Amy la Niña de la Mochila Azul (2004), Misión S.O.S (2004) y Sueños y Caramelos (2005).
Decadencia y final
Es cierto aquel dicho que dice que todo por servir se acaba y en los medios audiovisuales eso está más que comprobado. Las modas pasan, las costumbres se transforman y las preferencias del público se mueven de acuerdo al contexto social que se esté viviendo.
Lo que es un hecho es que tras 10 años de éxito, las telenovelas infantiles fueron más que un simple producto de televisión. A su alrededor se creó toda una estrategia de mercadotecnia que involucraba discos, juegos de mesa y artículos como los que usaban los personajes de estas historias. Pablo y Andrea producida por Lucero Suárez y basada en Las Aventuras de Tom Sawyer fue la última telenovela infantil.
Quizá el rating no le jugó a su favor, quizá para esa época los niños ya empezaban a buscar otras cosas, o tal vez existan factores que el público común ignoramos, pero lo cierto es que tras tener una etapa de gloria, este tipo de telenovelas dijo adiós. En ese momento, el horario fue ocupado por La Fea Más Bella iniciando así un nuevo ciclo en la industria de los melodramas.