Corazón Guerrero. Crítica final de la telenovela

El regreso de Mejía
Tras 120 capítulos llegó a su fin Corazón Guerrero, telenovela que marcó el regreso del productor Salvador Mejía a la señal de Las Estrellas. Esta adaptación de la argentina Valientes (2009) fue escrita por Katia Rodríguez Estrada, Carolina Mejía Lartilleux y Fernando Garcilita. La dirección de escena corrió a cargo de Jorge Robles y Edgar Ramírez.
Para protagonizar la historia el productor le dio la oportunidad a la conductora Alejandra Espinoza a quien anteriormente habíamos visto actuar en Rubí (2020). Su galán fue Gonzalo García Vivanco quien el año pasado destacó en La Desalmada.
(Spoilers) En el capítulo final, Mariluz (Alejandra Espinoza) finaliza la compra de la casa que era de Victoriana (Sabine Moussier) para regalársela a Guadalupe (Natalia Esperón). Doménica (Oka Giner) se reconcilia con Damián (Rodrigo Guirao) y después se lleva a cabo la boda de los tres hermanos Sánchez Guerrero. Tras la boda, Carlota (Altair Jarabo) se roba al bebé de Mariluz pero aparece Augusto (Diego Olivera) y lo salva. Carlota prende fuego a un cuarto abandonado y es consumida por las llamas. Augusto y Federico (Josh Gutiérrez) van a dar a la cárcel. Pasan los años y las tres parejas ya tienen hijos. Emma (Karena Flores) es contratada como reportera de Noticieros Televisa y Adrián (Sian Chong) ahora es un noble abogado. Victoriana está voluntariamente recluida en un centro de rehabilitación. Durante una comida familiar en la finca, Adrián le pide matrimonio a Emma y ella acepta.
Un final tradicional
El final de una hora se transmitió en viernes y prácticamente fue un corolario del capítulo anterior puesto que todos los cabos sueltos ya habían sido amarrados el jueves. El tradicional cierre consistió en la boda de los protagonistas y el castigo a los villanos.
Lo más bonito del capítulo fue la romántica reconciliación de Damián y Doménica cuando ella llega a un evento sin saber que se trata de una exposición de cuadros con su figura. Entre las cosas que deslucieron el cierre estuvieron la secuencia del robo y rescate del bebé de Mariluz y Lisardo (Gonzalo García Vivanco); que en un diálogo sí y otro también hacían alusión a ser “guerreros”; el rápido arrepentimiento de Augusto; y el final de Victoriana que más parecía loca que una mujer en busca de rehabilitación.
Se agradece que el capítulo fue ágil y no se sintieron rellenos forzados. La manifestación de amor de las cuatro parejas era de esperarse y afortunadamente todos juntos llenaron de vida la telenovela.
Deja vu de “guerreros”
El gran problema de Corazón Guerrero fue su premisa tan pero tan trillada. El núcleo de la historia era una especie de El Conde de Montecristo multiplicado por 3 contado de una manera básica y anticuada.
Hasta el trío de los Guerrero fue una fórmula sin novedad: un líder, un chico malo y un inocente. Su “brillante” plan de venganza que consistió en enamorar a las hijas de su enemigo, solo evidenció una falta de creatividad de los autores originales de la historia. Las chicas pudieron hacer la diferencia pero siempre estuvieron supeditadas a las acciones de las figuras masculinas.
Por otra parte, la extensión de 120 capítulos hizo que a mitad de la telenovela ya se sintiera cansada y aburrida. En lugar de resolver ciertos asuntos y crear nuevos conflictos, los adaptadores fueron dejándolo todo para el final.
Sobre el reparto
A pesar de que cumplió, Gonzalo García Vivanco parecía fuera de lugar como el contenido y cerebral Lisardo/Jesús. El desempeño de Alejandra Espinoza demostró que queda mejor como actriz de reparto que de protagonista. La pareja protagónica fue eclipsada con la mano en la cintura por las parejas de Oka Giner–Rodrigo Guirao y Jéssica Decote–Christian de la Campa quienes sí lograron levantar suspiros en sus escenas amorosas.
Las villanas de la historia tenían la vía fácil: una tenía problemas mentales y la otra era alcohólica. Sin embargo, eso no pudo contra los vicios actorales de Altair Jarabo y Sabine Moussier. Carlota no fue ningún reto para Jarabo pues interpretó a la berrinchuda y caprichosa antagonista de una forma muy similar a su Olga en Vencer el Desamor, a su Diana de Que Te Perdone Dios, y a su Florencia de Abismo de Pasión. La Victoriana de Moussier por su parte nos recordó a las desquiciadas Ingrid de Me Declaro Culpable y Tracy de Sueño de Amor.
Diego Olivera como el gran villano Augusto Ruiz Montalvo se quedó a la mitad del camino en su interpretación. Ni conmocionó con sus fechorías, ni conmovió como el eterno enamorado de Guadalupe y protector de sus hijas.
No podemos dejar de mencionar a don Manuel Ojeda quien a pesar de su enfermedad siempre dio el 100% en todas sus actuaciones.
Lo bueno
- Oka Giner y Rodrigo Guirao
- Christian de la Campa y Jéssica Decote
- Canciones
- Locaciones
- Vestuario
Lo malo
- Altair Jarabo y Sabine Moussier
- Extensión de 120 capítulos
- Premisa trillada
- Incoherencias de la trama
- Deficiente dirección de escena
Calificación final: 6
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