El Precio de Amarte. Crítica de la semana de estreno



Autor: Staff

Un policía en busca de respuestas

El Precio de Amarte es el nombre de la nueva telenovela del horario estelar de Las Estrellas bajo la producción de Carmen Armendáriz. Es un remake de la telenovela portuguesa Terra Brava (2019). La adaptación es de Gabriela Ortigoza junto con Fermín Zúñiga, Ricardo Tejeda, Verónica Suárez y Paz Aguirre.

Encabezan la historia Scarlet Gruber, en su primer protagónico en una telenovela mexicana, y Marcus Ornellas. Los papeles de antagonistas los interpretan Alejandra Barros y Jorge Poza.

En la primera semana vimos que en el pasado el niño Diogo, hijo de un rico hacendado, fue secuestrado por culpa de la criada Eduarda (Alejandra Barros) y fue dado por muerto. En realidad, Diogo fue adoptado por un policía y en el presente lleva el nombre de Rodrigo Zárate (Marcus Ornellas). Rodrigo también es policía y al dar con el hombre que lo secuestró, este le revela que Eduarda estuvo detrás de su secuestro y que se quedó con la hacienda. Rodrigo regresa al pueblo donde nació para investigar y en el camino rescata a Amelia (Scarlet Gruber) y a su hijo quienes tuvieron un accidente. Rodrigo se interesa por Amelia quien fue su amor infantil pero ella está casada con Iván (Jorge Poza).



Gran decepción

Después de un capítulo 1 que parecía prometedor, El Precio de Amarte se fue por la tangente presentando muchas subtramas de personajes que ni conexión tienen con los protagonistas. Tan pobre es el conflicto central entre Rodrigo, Amelia e Iván, que los adaptadores recurrieron a “las historias del pueblo” para rellenar el tiempo.

Corrupción en la policía, beatas que acusan a mujeres “buena onda”, unos músicos frustrados, un ladrón que se hace pasar por cura, etc. son algunas de las subtramas presentadas y que no logran enganchar al público.

Mientras tanto el triángulo protagónico parece sacado de De Pura Sangre (1985)/Amor Bravío (2012) en donde un extraño que en realidad es dueño de un rancho, regresa con otra personalidad para infiltrarse y enamora a la mujer casada que vive ahí.

Nada es creíble

Marcus Ornellas con poca versatilidad repite el papel de Martín de Si Nos Dejan. Hasta la situación es similar. Con la mujer casada que quiere conquistar es encantador, y con el marido de ella se pone bravucón.

Scarlet Gruber hace lo que puede pero su personaje resulta chocante por incongruente. Según ella respeta su matrimonio pero deja que Rodrigo se le acerque y casi la bese. Tiene al hijo que puede quedar paralítico y anda en arrumacos con el peón. Los libretos están forzando demasiado el romance entre dos personajes que prácticamente se acaban de conocer.

Además, entre las cosas inverosímiles están que de adolescente Rodrigo aceptó rápidamente ser adoptado por un hombre maduro y sin familia insólitamente interesado en él, sin conocerlo (podría haber sido un maniático sexual); Rodrigo en 30 años nunca regresó a reclamar lo suyo ni a buscar a Amelia y por otra parte que siguiera como empleado después de haberle faltado el respeto al yerno de la dueña de la hacienda.

Detalles sin cuidar

La novela también peca por sus fallas en continuidad. En un momento un personaje está en un lugar y en la siguiente escena en otro. También fue difícil armar mentalmente quién era quién de entre toda la bola de personajes nadaqueverientos del pueblo. Aparte se supone que están en Veracruz y ¡nadie habla como veracruzano! Vaya hasta las bailarinas del antro “pecaminoso” hablan como fresas de universidad “nice”.

Muy mal sabor de boca deja el arranque de esta telenovela. Lástima de producción y del aspecto visual.

Calificación inicial: 6

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